Días de nieve, días de celo.

Un zorro parece celebrar la nevada. Puede que algo tenga que ver el hecho de que en enero los zorros están en celo.




A la mañana siguiente este otro no está tan entusiasmado.

Corzo joven


Por el retraso que lleva en el crecimiento de la cuerna puede tratarse de un individuo joven, de unos 20 meses. Tal vez preparándose para lucir sus primeras cuernas de adulto.


Tras cruzar el arroyo, la limpieza parece importante para este joven corzo.


Unos días después repite la operación.

Ciervo de 15 puntas

Un venado ofrece una bella estampa otoñal en un monte mediterráneo.



Una semana después se deja ver de nuevo.
Sus cuernas permiten identificarlo entre otros machos del lugar. Tras el recuento de individuos parece claro que la densidad de ciervos es alta. Esto asegura que seguirán expandiéndose por la región.

Tejones. Apareamiento.

Frío, nieve, estamos en pleno invierno, sin embargo los tejones están en celo. En este caso el encuentro es tal vez demasiado breve para que tenga éxito, pues he leído que para que haya fecundación las cópulas deben durar más de diez minutos. En caso positivo el parto puede retrasarse hasta 9 o 12 meses, ya que el desarrollo embrionario se interrumpe y se produce una implantación diferida del huevo, al igual que vimos en la garduña. Al parecer es justo poco después de nacer los cachorros cuando se producen los apareamientos, salvo que sea primeriza, claro.


Esos días eran frecuentes las carreras, las persecuciones, es de suponer que repetirían.